¡Hola de nuevo!
Con la receta de esta semana es un dos por uno, pero no porque os traigamos dos recetas, sino porque nos va a servir para dos cosas:
- Vamos a usar una fruta de temporada, que siempre es mejor que comprarlas fuera de temporada, no solo por el precio, sino que están más ricaas y son mucho más sanas
- Tenemos una maravillosa excusa para volver a usar las teaspoon y las cups
La receta no es nada complicada y podéis hacerla con los niños de la casa, para tenerlos un ratito distraídos, porque no necesitamos el horno. Además ¡seguro que la parte de machacar las galletas les encanta!
En esta tarta usamos uno de los cítricos más olvidados en la cocina, el pomelo rosa. ¿El Por qué? Teníamos un par de ellos que nos habían dado mis abuelos de su cosecha particular y aparte de ser deliciosos, tienen ese sabor amargo y con el toque final ligeramente dulce que pensábamos que quedaría genial en una tarta de queso sin horno.
Para hacerla vamos a necesitar:
La receta está planteada para una molde de 20 cm (aunque nosotros usamos uno un poco más grande y no quedó nada mal).
Trituramos las galletas y las mezclamos con la mantequilla y el azúcar, podéis derretir la mantequilla junto con el azúcar moreno en el microondas, pero con cuidado de no quemarla. Y cuando lo tenemos mezclado, lo apretamos en la superficie del molde (ya engrasado) para hacer la base de nuestra tarta, esta parte la podéis dejar que la hagan los niños, pero supervisarlos que se puede convertir en batalla campal de galleta triturada :D
Metemos la base en la nevera para que se vaya enfriando y cogiendo consistencia, mínimo unos 30 o 60 minutos.
Mientras se enfría la base vamos haciendo el "cuerpo" de la tarta.
Ponemos a hidratar la gelatina en el agua.
Rallamos y exprimimos los pomelos en dos boles diferentes, y reservamos.
Batimos el queso con el azúcar y la ralladura hasta que quede cremoso, recomendamos hacerlo con una batidora eléctrica, aunque podéis hacerlo con una manual. Después vamos añadiendo poco a poco el zumo de pomelo batiendo bien entre las adicciones.
Escurrimos la gelatina y disolvemos en una pequeña parte de la nata que vamos a usar (si tenemos 1 taza y media en esta receta podemos usar un cuarto de taza) poniendo la nata con las hojas de gelatina en un cazo a fuego medio hasta que estén comletamente disueltas. Lo quitamos del fuego sin dejar de mover y lo pasamos a un tazón o algún recipiente parecido para dejarlo atemperar bastante antes de incorporarlo al resto de ingredientes.
Añadimos la gelatina a la mezcla anterior y después añadimos la nata, y lo batimos todo bien hasta que quede bien incorporado.
Lo metemos en la nevera para que se refrigere durante 15 minutos.
Después echamos la masa en la base de galletas, lo extendemos y alisamos y dejamos enfriar durante varias horas. Si es una noche entera mejor que mejor, asi se asentará bien y tendrá una textura perfecta.
Lo sacamos de la nevera 10 minutos antes de servir. Si os resulta muy amarga o ácida, dependerá de los pomelos que hayáis usado, podéis acompañar la tarta con mermelada, miel o nata montada, lo que más os guste.
¡Y listo! Ya tenemos una super tarta para la comida del domingo (por ejemplo) o para la merienda del sábado. ¡Cuidado! Existe el peligro de que un trozo no sea suficiente y cuando os déis cuenta os la hayáis comido entera.
Esperamos que os haya gustado la receta y que si tenéis oportunidad la hagáis, es una autentica maravilla. Si tenéis alguna duda o comentario que hacernos podéis hacerlo a través de los comentarios del blog, nuestro correo o nuestro twitter @Repos_Casera_PM
Muchas gracias por leernos, un saludo.
Repostería Casera PM
reposteriacaserapm@gmail.com
reposteriacaserapm.webnode.es
En esta tarta usamos uno de los cítricos más olvidados en la cocina, el pomelo rosa. ¿El Por qué? Teníamos un par de ellos que nos habían dado mis abuelos de su cosecha particular y aparte de ser deliciosos, tienen ese sabor amargo y con el toque final ligeramente dulce que pensábamos que quedaría genial en una tarta de queso sin horno.
Para hacerla vamos a necesitar:
- 375 g de queso de untar sin sabor ni sal (¡y no light!)
- 1/3 de taza de azúcar
- 2/3 de taza de zumo de pomelo (2 pomelos más o menos)
- Ralladura de pomelo
- 3 láminas de gelatina neutra
- 1 1/2 de taza de nata
- 1/4 de taza de agua
- 50 g de mantequilla
- 125 g de galletas machacadas
- 1 cucharada de azúcar moreno
La receta está planteada para una molde de 20 cm (aunque nosotros usamos uno un poco más grande y no quedó nada mal).
Trituramos las galletas y las mezclamos con la mantequilla y el azúcar, podéis derretir la mantequilla junto con el azúcar moreno en el microondas, pero con cuidado de no quemarla. Y cuando lo tenemos mezclado, lo apretamos en la superficie del molde (ya engrasado) para hacer la base de nuestra tarta, esta parte la podéis dejar que la hagan los niños, pero supervisarlos que se puede convertir en batalla campal de galleta triturada :D
Metemos la base en la nevera para que se vaya enfriando y cogiendo consistencia, mínimo unos 30 o 60 minutos.
Mientras se enfría la base vamos haciendo el "cuerpo" de la tarta.
Ponemos a hidratar la gelatina en el agua.
Rallamos y exprimimos los pomelos en dos boles diferentes, y reservamos.
Batimos el queso con el azúcar y la ralladura hasta que quede cremoso, recomendamos hacerlo con una batidora eléctrica, aunque podéis hacerlo con una manual. Después vamos añadiendo poco a poco el zumo de pomelo batiendo bien entre las adicciones.
Escurrimos la gelatina y disolvemos en una pequeña parte de la nata que vamos a usar (si tenemos 1 taza y media en esta receta podemos usar un cuarto de taza) poniendo la nata con las hojas de gelatina en un cazo a fuego medio hasta que estén comletamente disueltas. Lo quitamos del fuego sin dejar de mover y lo pasamos a un tazón o algún recipiente parecido para dejarlo atemperar bastante antes de incorporarlo al resto de ingredientes.
Añadimos la gelatina a la mezcla anterior y después añadimos la nata, y lo batimos todo bien hasta que quede bien incorporado.
Lo metemos en la nevera para que se refrigere durante 15 minutos.
Después echamos la masa en la base de galletas, lo extendemos y alisamos y dejamos enfriar durante varias horas. Si es una noche entera mejor que mejor, asi se asentará bien y tendrá una textura perfecta.
Lo sacamos de la nevera 10 minutos antes de servir. Si os resulta muy amarga o ácida, dependerá de los pomelos que hayáis usado, podéis acompañar la tarta con mermelada, miel o nata montada, lo que más os guste.
¡Y listo! Ya tenemos una super tarta para la comida del domingo (por ejemplo) o para la merienda del sábado. ¡Cuidado! Existe el peligro de que un trozo no sea suficiente y cuando os déis cuenta os la hayáis comido entera.
Esperamos que os haya gustado la receta y que si tenéis oportunidad la hagáis, es una autentica maravilla. Si tenéis alguna duda o comentario que hacernos podéis hacerlo a través de los comentarios del blog, nuestro correo o nuestro twitter @Repos_Casera_PM
Muchas gracias por leernos, un saludo.
Repostería Casera PM
reposteriacaserapm@gmail.com
reposteriacaserapm.webnode.es